El cannabis ha irrumpido en el mundo deportivo, generando controversia y debate sobre su impacto en el rendimiento y la ética de los atletas. Desde figuras como Sha'Carri Richardson, suspendida por consumo de marihuana, hasta reportes de uso extendido en ligas como la NBA y la NFL, la pregunta persiste: ¿puede el cannabis convertirte en un mejor atleta?
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) prohíbe el cannabis bajo tres criterios: mejora del rendimiento, riesgo para la salud y violación del espíritu deportivo. Sin embargo, la evidencia científica que respalda estas afirmaciones es, en el mejor de los casos, contradictoria.
Estudios recientes sugieren que el cannabis no mejora el rendimiento, e incluso podría perjudicarlo. Investigaciones previas apuntaban a que el cannabis podía aumentar el ritmo cardíaco y la presión arterial, dificultando el ejercicio. Sin embargo, la investigación sobre el tema se ha visto limitada por la ilegalidad del cannabis en muchos países.
A pesar de la falta de evidencia concluyente sobre la mejora del rendimiento, algunos argumentan que el cannabis puede ofrecer beneficios subjetivos, como reducir la ansiedad y el estrés antes y durante la competencia, lo que podría resultar en un mejor desempeño en ciertos deportes.
En cuanto a los riesgos para la salud, el debate es igualmente complejo. Si bien existen preocupaciones sobre el daño pulmonar y el riesgo de desarrollar psicosis, muchos atletas utilizan el cannabis para manejar el dolor, la ansiedad y mejorar el sueño, a menudo como alternativa a los analgésicos opioides, cuyo abuso es un problema grave en deportes como la NFL.
El argumento sobre el espíritu deportivo también ha evolucionado con la creciente legalización del cannabis en diversas partes del mundo. Si la sociedad ya no considera el cannabis como una sustancia ilegal, ¿se puede argumentar que su consumo por parte de los atletas va en contra de la ética deportiva?
El panorama actual es de cambio constante, con ligas que relajan sus reglas sobre el cannabis y una creciente industria que ve en los atletas una oportunidad de mercado. La ironía radica en que las mismas compañías que abogan por el uso del cannabis argumentando la falta de evidencia sobre la mejora del rendimiento, podrían ser las primeras en promover sus supuestos beneficios al comercializar sus productos.
En última instancia, el debate sobre el cannabis en el deporte continúa, y se necesitan más investigaciones para comprender plenamente sus efectos y determinar su lugar en el mundo atlético. Mientras tanto, la conversación debe centrarse en la evidencia científica, la ética y el bienestar de los atletas, más allá de los clichés y las agendas comerciales.
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¿Hierba para campeones? El controvertido uso del cannabis en el deporte